Fuente: Miradas de Internacional
Sello español con el sobreimpreso 'Territorio de Ifni' | Flickr: Karen Horton
Los reservistas no sabían a dónde iban. Los militares no sabían a qué se
enfrentaban. Los medios de comunicación lo ocultaron. El plan de
batalla fue erróneo. Hubo tantos errores en la última guerra colonial
española que el gobierno de la época lo intentó silenciar de tal forma
que hoy en día aun se conoce a la guerra de Ifni como “la guerra
olvidada”. Esta semana se cumplen 56 años de un conflicto anacrónico que
costó la vida a más de 8.000 personas.
Muy poco hay escrito sobre esta guerra. Apenas se puede encontrar un documental hecho por Canal Sur que
narra, con la inestimable fuente que proporcionan los testimonios de
los protagonistas, unos hechos que existieron y que parece que no
interese recordar. Hace ya unos (no muchos) años que Josep Maldonado, portavoz
de Defensa de CiU en el Congreso de los Diputados, anunció que había
llegado a un acuerdo con el Ministerio de Defensa para indemnizar a los
veteranos de esta guerra. La mayoría de éstos fueron al frente cuando
tenían unas edades comprendidas entre los 19 y 21 años, dentro del marco
del Servicio Militar Obligatorio, víctimas de un sorteo que les
transformó de simples “reservistas” en “voluntarios” para formar unas
fuerzas expedicionarias y luchar en la arena del Sáhara contra los
independentistas marroquíes.
Sidi Ifni era un pedazo de tierra bajo soberanía española rodeado completamente por posesiones del ya independiente Marruecos.
Éste, cedido por el sultán Mohammed IV (antepasado del actual monarca)
tras la guerra hispano-marroquí de 1860, formaba parte del África Occidental Española,
la última colonia de ultramar junto con Guinea Ecuatorial, que le
quedaba al antaño “Imperio donde nunca se ponía el Sol”. Cuando Francia
descolonizó el país, los nuevos dirigentes alauíes se encontraron con la
reticencia de España a reconocerles internacionalmente, aunque las
presiones de la Comunidad Internacional y la necesidad de perpetuar el
régimen franquista obligó al gobierno de la época a ceder el
Protectorado del Rif al nuevo país (pero no el África Occidental).
La ambición del sultán y las ansias de los nacionalistas del partido Istiqlal
para conquistar el “Gran Marruecos” pasaban por retomar Ifni y todo el
Sáhara Occidental, algo que España no estaba dispuesta a negociar. En el
año 57, el plan Marshall no había pasado por Madrid mientras que la
lucha de la dinastía alauí contra los comunistas sí habían obtenido su
recompensa. Marruecos tenía apoyo americano y Franco se
encontraba aislado, ¿qué hacer en caso de que los nacionalistas se
atreviesen a traspasar las fronteras españolas con armas? En cuanto se
dio cuenta que Mohammed V pretendía tomar esas tierras a toda costa, no hubo más remedio que iniciar una guerra.
En pocas semanas, Marruecos organizó una invasión del enclave de Sidi
Ifni y procedió a incitar a los saharauis a unirse a su causa
(irnónicamente, las raíces de un Ejército de Liberación Saharaui fue ideado por los alauíes).
El Ejército español, que tras la independencia marroquí
había desmovilizado a las tropas indígenas, tuvo que recurrir a los
reclutas del SOE para combatir en aquellas inhóspitas tierras. Tal y
como apunta Josep Riatós, presidente de la Associació Catalana de Veterans de la Guerra d’ifni,
en una entrevista con El País, “un día nos mandaron formar y a unos
cuantos nos hicieron voluntarios para ir a la guerra de
Ifni-Sáhara”. 8.000 jóvenes participaron en este conflicto sin tener
entrenamiento previo, calzados con alpargatas, arrastrados a una primera
línea de fuego. Aquel error se saldó con 300 muertos y más de 500
heridos además de 100 desaparecidos de los que aún hoy no se sabe nada.
A día de hoy, el sacrificio de aquellos jóvenes (que de poco sirvió ya
que a los tres meses de contienda, Franco, temeroso de una guerra total
con Marruecos, cedió la totalidad de la provincia de Ifni, salvo la
ciudad de Sidi ifni, y un pedazo del Norte del Sáhara de más de 20.000
km2 conocido como Cabo Juby), continúa sin ser reconocido oficialmente por las autoridades españolas.
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