Página 1 de 5 Prólogo
Hola, a todos, mi nombre es Antolín
Hernández y vivo en Badalona. Nací en el año 1.959 y no tengo ninguna
vinculación con el territorio de Ifni, salvo un tío que hizo la mili en
Tiradores. Este tío es un campesino de Extremadura, y cuando yo era niño
e iba a pasar allí las vacaciones, me contaba "historias de la mili".
Para mí, un crío, todo aquello me sonaba a exótico y aventuras en
tierras lejanas. Desde entonces se me quedó grabado el nombre de Sidi
Ifni, pero nunca más volví a interesarme por aquella ciudad ni su
historia.
Hace cuatro años escribí una novela en
la que el protagonista es un guardia civil que se convierte en un
«elemento incómodo» para sus superiores y deciden trasladarlo a un lugar
lejano, entonces se me ocurrió el nombre de Ifni (confieso que ni
siquiera sabía dónde estaba). Me interesé por el lugar y lo que leí me
cautivó tanto que decidí escribir una novela ambientada en la guerra de
Ifni. Con la inestimable ayuda del Rincón de Sidi Ifni, me puse en
contacto con Manuel Jorques que, a la vez, me facilitó el teléfono de
Ángel Ruíz (cuya historia publicó Jorques aquí y en el magnífico libro
"Historias secretas de Ifni. Hablan los soldados". Me quedé cautivado, y
aún lo estoy. Ya no pude parar.
La desembocadura del Uad Ifni con el Morabito y el cuartel de Tiradores en lo alto.
Publiqué la
novela, "Boualam de Ifni", y aunque confieso que tiene algunos fallos
literarios propios de escritor inexperto, me llenó de satisfacción los
innumerables mensajes de veteranos que recibí. Mensajes emotivos,
llenos de sentimiento e incluso lágrimas. Con eso ya me sentí más que
satisfecho. Porque la novela, no sé si lo conseguí, pretende ser un
homenaje a todos los soldados de reemplazo que, sin comerlo ni beberlo,
se vieron envueltos en unos acontecimientos para los que no estaban
mentalizados ni preparados.
Desde entonces tenía un viaje pendiente y ahora, por fin, he podido realizarlo, y lo mejor es que lo he hecho con mis dos hijas, a las que les ha encantado. Si no os importa, os voy a relatar una pequeña crónica de mis impresiones. Eso sí, me ha faltado tiempo para verlo todo con tranquilidad. Me han quedado muchas cosas por ver y saborear, pero es una buena excusa para otra visita.
Antes que nada, tengo que decir que para documentarme, y mientras escribía la novela, tenía siempre una imagen de Google Maps en mi ordenador, por lo que llegué casi a memorizar el territorio y la ciudad.
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