Otro eslabón de la historia de la Guerra Ifni-Sahara que se nos va por el desagüe del olvido patrio.
Ha fallecido a los 82 años de edad, en la Residencia de Ancianos
Alameda" (habitación 320) de Cuenca, donde se hallaba internado desde
hace muchos años, ANASTASIO OROZCO MAINEZ, soldado que fue del Grupo de
Tiradores de Ifni nº 1, que resultó herido por dos veces en
Noviembre-Diciembre de 1957 durante el "sitio" del puesto de
Tiugsa-Tagragra, la primera en una mano (pese a lo que continuó
combatiendo) y la segunda (el 3 de Diciembre) en la cabeza por metralla
de mortero, pudiendo ser evacuado una vez liberado aquel puesto militar,
comenzando una odisea que le llevó desde el hospital de Sidi Ifni hasta
el de Las Palmas y de este al Gómez Ulla de Madrid, siendo intervenido
quirúrgicamente varias veces hasta ser devuelto a su pueblo (La Alberca
de Záncara) de la provincia de Cuenca con terribles secuelas (afasia y
casi completa inmovilidad del brazo y pierna derecha).
Anastasio Orozco, en un feliz día de cumpleaños con el tarbuch de Tiradores.
En su pueblo se encontró que la novia de la que se separó casi tres años
antes para ir a la mili, se había casado con otro y que estaba inútil
total para su trabajo en el campo. Mientras vivieron sus padres y
hermanas pudo ir "tirando" malamente en la vivienda familiar pero, al
quedarse solo, un hermano suyo que vivía en Barcelona consiguió que lo
ingresaran y atendieran en la referida Residencia de Ancianos. Al
fallecer ostentaba el grado de subteniente en el Benemérito Cuerpo de
Mutilados de Guerra por la Patria, y estaba en posesión de diversas
condecoraciones entre las que destaca la medalla de sufrimientos por la
Patria. Era socio de la Asociación de Veteranos de Ifni del Levante
Español (AVILE) y una delegación de sus socios (entre los que se
encontraba el que esto escribe junto a Paco Susarte, Ángel Ruiz y Paco
Rodríguez) se trasladó hace algo más de tres años para homenajearle en
su 79 cumpleaños que coincidía con su santo (15 de Abril de 2014),
llevándole diferentes obsequios materiales y uno muy, muy grande, que
fue acompañarlo durante muchas horas, conseguir que pronunciara algunas
palabras (pese a la afasia le entendimos claramente ¡ostias, ostias,
cuánta gente!), reunirlo con el cabo de Tiradores, Ángel Ruiz García,
uno de los soldados que participó en su evacuación de Tagragra (qué
emocionante abrazo entre ambos). Le pusimos el tarbuch de Tiradores en
la cabeza, que ya no se quitó en todo el día, y al pasar por un
reproductor, que nos facilitaron, un vídeo con escenas de Ifni en el que
se hallaba el himno de Tiradores y el de España, sentado en su silla de
ruedas, con la única mano útil a la altura de la sien, en el primer
tiempo de saludo, lloró de alegría o tal vez por la tristeza de su vida
truncada.
Anastasio en la silla de ruedas a la que estuvo encadenado durante años y años.
Se fue a la mili con 21 años lleno de salud y esperanzas de futuro y volvió hecho un guiñapo físico. La Patria, para él, no fue una madre amantísima sino más bien una madrastra al uso de los cuentos. Una Patria (sus autoridades) que no han consentido que se impusiera su nombre a una calle de su pueblo, pese a las solicitudes que institucionalmente se hicieron (el silencio más absoluto por parte del Ministerio de Defensa, Diputación Provincial de Cuenca y alcaldía de su pueblo). Una Patria, por la que dio su sangre y salud, que hoy está en peligro de ser fracturada por gentes que han crecido en estos últimos 40 años en la "cultura" del odio a lo español y a los españoles, entre los que se encontraba Anastasio Orozco al que esos indeseables intentan matar dos veces. Descansa en paz, querido compañero de armas. Nunca olvidaremos aquel día de Abril en el que coincidían tu santo y cumpleaños, en el que estuvimos juntos y tampoco olvidaremos el desprecio que desde el estamento militar te hicieron al rechazar tácitamente nuestra petición de enviar alguna comisión en nombre de las Fuerzas Armadas para darte otro baño de felicidad, que bien te lo merecías.
El grupo de amigos que homenajearon a Anastasio Orozco.
No queremos cerrar estas líneas sin poner de relieve que hubo muchas
adhesiones por escrito para el homenaje a Anastasio, con las que se hizo
un libro y se le entregó en el Acto, y la muy especial que el famoso
pintor algecireño Antonio López Canales (ex combatiente de la Guerra de
Ifni) hizo ad hoc y que insertamos por su valor, no solo de
incuestionable valía artística sino por las alegorías que resumen el
heroísmo y el patriotismo de los españoles, de los que Anastasio fue un
exponente cuyo ejemplo nos tiene que servir para ser más y mejores
hispanos.
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