Página 1 de 10
Un buen amigo y camarada que hizo el
servicio militar obligatorio conmigo en Sidi Ifni, que, aunque
alicantino de origen, vive en Barcelona desde hace casi cincuenta años,
me envió un recorte del diario La Vanguardia, edición en español del
martes 23 de enero pasado, en el que figura un artículo titulado "Ifni,
una memoria colonial incomoda"; mi amigo se hallaba indignado por él, a
su entender, sesgo político que el columnista (Josep Playá Maset) le
daba a un asunto que ambos (y muchos otros amigos) habíamos vivido en
primera persona, allá por los lejanos tiempos de 1961 y 1962.
Me extrañó que las personas que daban su
más extensa opinión mantuvieran el anonimato (Jorge, de Sant Andreu) y
que otros (Andrés Antebi, Pablo González Morandi, Alberto López Bargados
y Eloy Martín, que se identifican como el grupo de trabajo de
"Barcelona Metrópoli Colonial") fueran los "comisarios" de una
exposición de fotografías sobre la mili en Ifni en el Museo de Culturas
del Mundo, que dirige un tal Josep Fornés, y que no aparecieran por
ninguna parte los dirigentes más relevantes de la Asociación Catalana de
Veteranos de Sidi-Ifni, excepto el nombre de su presidente (Miquel
Querol), así como que las fotos en cuestión habían sido aportadas por
solo veintitrés de los socios de aquella Asociación de los más de
quinientos que la formamos.
Desfile en Sidi Ifni (1964)
Todo el artículo posee, a nuestro
entender, un enfoque realizado desde el delicado momento político que
vive Cataluña desde hace algo más de dos años, que desembocó a que se
interviniera su autonomía por la aplicación del artículo 155 de la
Constitución española; y decimos esto por el asombro que nos produce la
implícita división que se hace entre soldados "españoles" y soldados
"catalanes"; a los primero los silencia, como si hubieran estado en Ifni
de vacaciones turísticas y de los catalanes dice que sufrieron mucho y
los despreciaban (¿por su origen regional, por su lengua, por ser
antipáticos o "garrapas"?). También nos ha llamado la atención un
párrafo que bajo una fotografía del "arxiu fotografic de Barcelona"
afirma categóricamente que había soldados (además de los "sorteados")
que hacían allí la mili en concepto de "castigados" (queda en el aire
si, eran muchos o pocos y si se refiere exclusivamente a catalanes),
aunque los que estuvimos allí (al menos en nuestro reemplazo) durante un
año y medio no conocimos a ningún soldado de "quinta" por tal motivo.
El día 12 de febrero leí (en catalán) lo
que publicaba el diario Punt Avui y firma María Palau, bajo el título
IFNI, HAMBRE, SED y MUERTE, con referencia a la exposición obrante en el
Museo de las Culturas del Mundo (Barcelona) y que subtitula como "La
exposición del calvario silenciado que vivieron los SOLDADOS CATALANES
de quinta en la última guerra de Franco.
En ese artículo pone la autora el
énfasis (siempre con un soldado catalán como protagonista) que los
oficiales les decían con claridad, a los reclutas que iban a hacer la
mili, que sus vidas no valían nada; que la vida de una persona valía
menos que una mula: en la guerra de Ifni exactamente cincuenta céntimos
de peseta que era lo que costaba enviar un telegrama a los familiares
para comunicar escuetamente que había muerto; y que por la muerte de una
mula se tenían que dar muchas más explicaciones; que eso lo decía un
teniente (no lo identifica con nombre y apellidos, pero simplifica el
plural de oficiales a uno solo); que el pobre recluta veía morir cada
día, cinco, seis, siete o diez compañeros (¡puñeta, solo a cinco
diarios, en año y medio de mili, o sea 547 días fueron 2.737...! Muchos
muertos nos parece para un total de 4000 reclutas anuales!); la
columnista, en otro párrafo, cifra los muertos en la contienda de
1957-58 en más de mil (sin puntualizar cuál es su fuente), añadiendo que
el equipo de "investigadores" (los ya mencionados por su acolito de La
Vanguardia, Pablo González, Andrés Antebi, Alberto López y Eloy Martín)
pertenecientes al Observatorio de la Vida Cotidiana, entidad que según
su página Web dice ser sin ánimo de lucro, aunque oculta quiénes son sus
dirigentes, socios, vías de financiación... Tan solo aparece que Andrés
Antebi trabaja para ese Observatorio y que sus publicaciones son
reivindicativas del anarquismo); por último, dice recoger el inmenso
deseo de hablar que tienen los veteranos de Ifni, muchos de ellos
octogenarios, que por fin lo han podido hacer mediante la exposición de
fotos en el Museo de las Culturas del Mundo.
Si partimos de la premisa de que pese al
catalogado como régimen militar el impuesto por Franco tras la guerra
civil, las Fuerzas Armadas que guarnecían las posesiones españolas en el
África Occidental eran escasas, dotadas de armamento obsoleto, nutridas
con reclutas del servicio militar obligatorio a partir de 1956 por la
deserción de numerosos indígenas que habían sido la base de aquel
Ejército, tienen razón (y siempre lo hemos manifestado) quienes critican
las condiciones en que nuestras tropas se encontraban al ser
inopinadamente agredidas el 23 de Noviembre de 1957, pero esas
condiciones desfavorables y deplorables lo eran para todos los soldados
españoles y no solo para los oriundos de Cataluña como los columnistas
periodísticos e incluso un documental emitido por la televisión catalana
afirman. En ese documental vemos hablando a nuestro buen amigo y
compañero Enrique Escribano Bergadá (puede ser consultado pues lo tiene
subido a su Web el meritado Observatorio). Como hemos dicho antes, todos
dan a entender con mayor o menor claridad los tremendos agravios
sufridos por los catalanes; es como si los catalanes hubieran llevado un
distintivo regional que los distinguiera (al modo de los judíos durante
la dominación nazi identificados con una estrella amarilla) cosa tan
incierta como ridícula: Todos éramos españoles; aquel duro y fatigoso
servicio militar sirvió para conocernos los jóvenes de todas las
regiones de España y fue el motor para el nacimiento de grandes
amistades que han perdurado con los años. Como no pretendemos hablar a
"humo de pajas", "a tontas y a locas" y "a la buena de Dios", como
vulgarmente se dice, voy a continuar estas líneas trayendo a ellas a
soldados catalanes que han dejado escritas sus vivencias de la mili en
Ifni, bien en libros o en artículos subidos a diversas Web. Y hago
hincapié en que esos libros y artículos fueron publicados en plena
democracia, con la libertad de expresión no coartada por censura alguna.
|