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Antonio Teruel Vidal
ANTONIO TERUEL VIDAL, de Barcelona,
nacido en 1939, llegó a Sidi Ifni el 23 de marzo de 1961 en la primera
expedición de reclutas de aquella quinta. De los desembarcados aquel
día, unos sesenta fuimos al campamento de reclutas del Grupo de Policía
al haber sido destinados a dicho Cuerpo. Aquellos primeros "pipiolos"
procedían de Cataluña, Región Valenciana y Murcia, casi exclusivamente.
Nos agruparon en las cinco primeras chabolas (que hubimos de montar
nosotros, para no dormir a la intemperie, y durante los cuatro meses de
Campamento convivimos juntos: primero en la chabola nº 5, cuyo cabo
instructor era Manuel Ribas, de Salamanca, y tras un traslado (por
motivos ignorados) en la chabola nº 3, cuyo cabo instructor se llamaba
Edmundo y era madrileño. Jamás, ni a uno ni otro instructor, ni al
sargento que nos tenía bajo su mando (Felipe Blanco), ni al psicópata
cabo 1º Rey, que mandaba la siguiente sección en la que se encuadraron
los reclutas de la segunda expedición a partir de la chabola nº 6
(madrileños, castellanos y vascos), les oímos jamás discriminarnos por
nuestra procedencia ni por hablar catalán, valenciano o vascuence. Es
más: los mejores destinos (una vez jurada bandera) fueron
mayoritariamente para los catalanes y levantinos, con o sin
recomendación, que los jefes de las distintas compañías exigían para
reemplazar a los veteranos de idéntica procedencia y tan excelente
resultado profesional.
A la Compañía Mixta, convertida poco
después en Grupo Mixto fuimos destinados 40 de los reclutas de la
Policía, mayoritariamente catalanes, levantinos, gallegos y algún vasco,
extremeño, andaluz y madrileño que por sus profesiones u oficios
civiles eran convenientes para la buena marcha de la Unidad.
Antonio Teruel fue destinado a la forja
ya que venía de un taller familiar de forja artística de Barcelona; era
(y dichosamente podemos decir que todavía es) un gran artista que además
de hacer aquellas piezas de hierro que se requerían para los vehículos
del gobierno, con vainas de proyectiles de artillería fabricaba lámparas
de sobremesa que los jefes se llevaban y le gratificaban; gran
dibujante y notable grabador (de su casa le enviaron las herramientas
necesarias) se dedicó a grabar iniciales en mecheros y pitilleras
(cobrando modestamente) haciéndose "famoso" por sus artes tanto entre
los jefes como entre sus compañeros.
Teruel, con el autor y nuestras respectivas esposas en un encuentro celebrado
en Sitges (Barcelona) en el año 2008 (Foto archivo personal de M. Jorques).
Su obra maestra como grabador la hizo a petición de un grupo de jefes y
oficiales de la guarnición que querían homenajear al coronel Don Mateo
Prada Canillas (próximo a ascender a general); este jefe había sido
condecorado con la medalla miliar individual durante la Guerra Civil, y
deseaban que en la placa de plata que le iban a entregar, además de las
palabras dedicatorias se grabara una reproducción de dicha medalla cuyo
original le proporcionaron. El trabajo tan extraordinario (los
compañeros pudimos verlo) que el coronel Prada quiso conocer al orfebre y
allá que se presentó una mañana en nuestro acuartelamiento (¡tres
estrellas de ocho puntas, casi ná) y Teruel tuvo que salir de su cubil
de la fragua, con su traje de faena (un mono tan sucio que se podía
poner de pie, como una armadura medieval), le dio la mano y se la
estrechó (pese a tenerla sucia de carbón) y le gratificó
espléndidamente... Obviamente, este catalán no sufrió de forma diferente
al resto de sus compañeros de mili ni fue despreciado; por el
contrario. Fue profusamente apreciado por todos.
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