Una mirada al pasado sin perder de vista el futuro  

  Estas en: Portada arrow Canarias prehispánica y África occidental española

Menú principal
Portada
Bienvenida
¿Dónde está IFNI?
¿Cómo llegar a IFNI?
Un poco de historia...
Acerca de...
Contenido
Noticias
Colaboraciones
Artículos digitales
Proyectos solidarios
Libros - Revistas
Documentos
Gastronomía
Vídeos en Youtube
Vídeo en Facebook
Recursos
Foro
Eventos
Fotos (en Facebook)
Enlaces de interés
Preguntas Frecuentes
Contactar
Búsqueda avanzada
Mapa del Sitio
Acceso
Teclee sus datos:





¿Recuperar clave?
Para obtener acceso, por favor, contacte con el Administrador.
¿Quién está en línea?
Hay 7 invitados en línea
Datos del Portal
Usuarios registrados: 435
Noticias y Artículos: 1568
Enlaces de interés: 103

Sindicación


  El Rincón de Sidi Ifni
Este sitio está diseñado
para verse mejor con una
resolución mínima de
1024x768


Creative Commons License

Canarias prehispánica y África occidental española
Detalles para Canarias prehispánica y África occidental española
PropiedadValor
NombreCanarias prehispánica y África occidental española
Descripción

Título: Canarias prehispanica y África occidental espanola

Autor: Jose Maria Pinto de la Rosa

Editor: Instituto de Estudios Africanos. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Tipo: Libro

Fecha: 1954

Páginas: 273

Referencia: Memoria Digital de Canarias (mdC) (Bilioteca Universitaria de la ULPGC)

Aportado por: F. Antolín Hernández

Prólogo de Antonio Rumeu de Armas

Con la sinceridad que me caracteriza, he de confesar que no des­cubro en mi persona méritos bastantes para presentar al lector la obra del General don JOSÉ MARÍA PINTO DE LA ROSA, que lleva por título: Canarias prehispánica y África Occidental, y cuyas densas páginas siguen a estas breves líneas.

En este caso, el honrado con el encargo he sido yo, y debo acha­car tal honor a una prueba más de deferencia y amistad por parte de su autor. Ambos nos hemos conocido como vecinos; es decir, como cultivadores de un mismo campo. De donde resulta, que hombres de distinta generación y de profesión absolutamente dispar pueden llegar a compenetrarse, si hay entre ellos un vínculo espiritual cualquiera. Este nexo fué el acuciante deseo por conocer el pasado, inagotable sed que nunca se sacia, porque es más grande mientras más se ahonda en ese gran arcano que es el tiempo.

Pudiera pensarse por algunos que PINTO DE LA ROSA, militar, ingeniero, técnico naval, de reconocido prestigio en todos y cada uno de los campos de su actividad multiforme, había encontrado en la Historia su "violín de Ingres", y que se había aferrado a él como mero solaz o pasatiempo con que entretener unas horas de descanso en el continuo batallar de la jomada. Ello es totalmente inexacto; se trata de un auténtico caso de vocación, de una entrega plena, incondicional, constante, o sea de una actividad más. El General PINTO es un ejemplo de lo que puede la voluntad y el tesón cuando se pone al servicio de cualquier noble causa. Por raro privilegio, él ha descubierto una fórmula mágica para que el día sobrepase en horas a las que le son dadas disfrutar a los demás mortales.

Yo, que conozco una a una sus obras impresas, y que por espe­cial deferencia suya he podido hojear sus Apuntes para la historia de las antiguas fortificaciones de Canarias, he valorado el esfuerzo titánico que su obra histórica supone y el acierto y competencia con que está escrita.

Hoy salen a la estampa dos capítulos de esta obra general, que tienen unidad bastante para separarse, sin que aquélla sufra merma ni éstos deterioro.

En el primer estudio, con el título expresivo de Canarias pre-hispánica, se resume la historia del Archipiélago hasta la conquista por los castellanos en el siglo XV. Pero su título llama a engaño, porque la obra dice mucho más de lo que aquél promete. Igual pudiera titularse: Historia de los descubrimientos geográficos en las Edades Antigua y Media, y acaso con más propiedad. No quiero censurar con ello la enunciación del libro, sino, al contrario, real­zar sus méritos ocultos. El valor perenne de Canarias dentro de la Historia Universal, por su posición epicéntrica en la ancha faz del planeta, da a su pasado un rango especial que lo separa de todo localismo, para confundirse con verdaderos capítulos de aquélla. Su historia es la de los ciclos legendarios de la Antigüedad, la de los viajes, los descubrimientos, las grandes conquistas, las misio­nes, el corso, etc. etc. Todo ello, con abundante aparato crítico, se aborda en el capítulo reseñado, una síntesis lo bastante minuciosa y extensa para dar plena información al lector del estado de la cuestión y de las últimas investigaciones sobre la materia.

El segundo capítulo, dedicado al África Occidental, le sirve al General PINTO para hacer historia de la expansión española por el continente africano desde la base territorial de las Canarias. Sé trata de una empresa heroica, casi ignorada en siglos pasados, que la investigación va alumbrando día a día y hora a hora. Se dibuja así un amplio panorama, que no tardará mucho en iluminarse por completo. Ello es de una gran trascendencia, porque permite valo­rar en toda su profundidad y alcance la política africana de los Reyes Católicos.

En realidad, nunca se orientó España tan intensamente hacia África como bajo la égida de estos excelsos Soberanos. Las empresas de los Monarcas de Aragón en el África mediterránea como las de los Reyes de Castilla en el África atlántica, no pasan de meros balbuceos. Después de Femando e Isabel, los Monarcas de las Casas de Austria y Borbón se dejaron arrastrar por acciones espec­taculares que no condujeron, en todo caso, sino al dominio even­tual de puntos estratégicos.

Los Reyes Católicos tuvieron, en cambio, un objetivo claro y terminante: el dominio total del Magrib, de toda la zona norocci-dental de África, Les arrastraba a ello una motivación histórica, la Reconquista, que no había terminado en Granada, pues la Mauritania era considerada como una provincia goda, hispánica, tan irredenta como la misma Andalucía; una motivación religiosa, la Cruzada; estratégica, la seguridad de las costas peninsulares; polí­tica, la hegemonía en el Mediterráneo y el Atlántico. El testamento de Isabel compendia, en dos palabras, la que fué obsesión cons­tante de su reinado.

El plan para conquistar África estaba profundamente meditado, sin que, en líneas generales, se escapase detalle alguno. Una gran tenaza se preparaba para oprimir por el Norte, y el Oeste, desde Andalucía y Cananas, las tierras de África. Las operaciones por el Norte van unidas a los nombres de Melilla, Mazalquivir, Cazaza, Peñón de Vélez, Orán, Bugia, Trípoli. Las operaciones por el Oeste, más modestas, van unidas a los nombres de Mar Pequeña, Bu-Tata, San Miguel de Saca, Cabo de Aguer.

No obstante, hay que huir de toda exageración, y reconocer que el plan, en su desarrollo, se llevó a cabo, unas veces, esporádica y débilmente, otras, a destiempo. Si se hubiesen puesto en tensión, como en Granada, todas las fuerzas nacionales, es indudable que el área del mundo árabe sería hoy mucho más reducida, y el Norte de África una región española, como lo fué antaño. ¿Por qué no pudo hacerse así, cuando este era el terminante propósito de Fer­nando e Isabel...?

Soy por naturaleza enemigo a hacer juegos malabares o fuegos de artificio con la Historia, vaticinando lo que pudo ser y no fué; pero esta vez no resisto la tentación. Si afirmo que el África islá­mica se salvó por el descubrimiento de América y las campañas de Italia, creo sinceramente que no ando muy descaminado. La po­tencia militar de España no tuvo entonces parigual en el mundo, ¿cómo no concederle fuerza bastante y voluntad decidida para so­juzgar a sus pies a los débiles reyezuelos mahometanos...? Ahora bien; los planes de estos Soberanos —ponderados, realistas— se vie­ron extravasados por acontecimientos imprevisibles de toda índole (descubrimiento y exploración de América, primera y segunda cam­paña de Nápoles, expedición a Cefalonia, lucha contra el poderío naval turco, guerras del Norte de Italia, etc., etc...) que impidieron su realización masiva, plena. En África no hubo reconquista, sino fintas, ataques, operaciones de distracción y dominio de puntos es­tratégicos simplemente. Se atacó periféricamente; no se avanzó con profundidad, como toda conquista, que se aspira a consolidar, re­quiere.

Estas consideraciones se me ocurren para apostillar el intere­sante y valioso estudio del General PINTO DE LA ROSA.

Yo me felicito una vez más al ver que las armas y las letras se dan la mano en la personalidad ilustre de don JOSÉ MARÍA PINTO DE LA ROSA, y saludo alborozado la aparición de este libro, prome­tedor de otros inmediatos, tan óptimos y sazonados como el presente.

ANTONIO RUMEU DE ARMAS.

Madrid, mayo de 1954.

Archivocanarias-prehispanica-y-africa-occidental-espanola-iea-1954.pdf
Tamaño7,65 MB
Tipopdf (Tipo Mime: application/pdf)
Hits10 Hits
PortadaAcerca de...Contactar
Este portal es un PROYECTO PERSONAL y NO está vinculado a ninguna asociación o grupo.
Los artículos de colaboración y las opiniones y comentarios de los usuarios son de su entera propiedad y responsabilidad,
expresados con total libertad y sin ningún tipo de censura por parte del Administrador o sus colaboradores.
El Rincón de Sidi Ifni, 2009-2024