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Fuente: El Faro de Ceuta
Fuente: El Faro de Melilla

Tanto las apreciaciones, clarividencias y deferencias de los agentes franceses y británicos en Marruecos sobre la disposición y magnitud de la colonización española, alcanzaron un calibre manifiesto.

La política colonial española en Marruecos quedó plasmada en los informes de los delegados franceses y británicos, por revelar a todas luces las discordancias de España como actor imperial. O lo que es lo mismo: evidencias confirmadas como la carencia de medios, escasez de recursos económicos, desenvolvimiento condicionado del componente civil y sujeción del poder militar. Y por ende, ausencia de alineación supeditada tanto a las fluctuaciones políticas de la Península, como a las pugnas constatadas en el seno de la milicia.

Ni que decir tiene que la apreciación contradictoria sobre las Fuerzas Coloniales de África se consumó en una visual revocatoria de la política colonial española, con un procedimiento comparable y afín al anterior y que igualmente terminaría franqueando varios períodos.

Fuente: Puente de Mando

Convair CV-440 Metropolitan de Iberia (EC-ART), en Sidi-Ifni. (Foto: Archivo Tomás Paz)

Hubo un tiempo, allá por la década de los años sesenta del siglo XX, en que Iberia posicionó algunos aviones Convair CV-440 “Metropolitan” en Canarias y también volaban a los aeropuertos del Sahara español y otras plazas africanas, caso de Sidi-Ifni, donde lo vemos en esta bonita foto. Coexistieron con el Douglas DC-3 y el Fokker F-27. Era un avión fiable, con capacidad para 44 asientos y para inspirar confianza entre los pasajeros, en la puerta de acceso tenía un cartel que decía “equipado con radar”.

Fuente: El Faro de Ceuta

Un círculo señala a Adolfo Fernández Aguilar, bailando sobre un improvisado escenario junto a Carmen Sevilla en el cuartel de Tiradores.

Dicen los entendidos que la prensa es el cuarto poder, pero si a los hechos nos remitimos, otro medio como es la radio, en múltiples ocasiones a lo largo de la historia, ha sido el primer poder, llegando a reunir a enormes masas humanas, y hasta puede conseguir lo que nadie se imagina. Máxime si el que está detrás del micrófono tiene soltura de palabra y es buen comunicador, como en el caso del presente artículo, en el que entonces un joven locutor consiguió reunir de toda España miles y miles de radioyentes que contribuían aportando su ayuda para los damnificados de la riada de Valencia.